Para mi almohada
Ahora apoyo la cabeza sobre
esa voz que me susurra.
Es una dramaturga que improvisa
o una oradora con vergüenza,
o un galán de culebrón,
o una radio vieja.
esa voz que me susurra.
Es una dramaturga que improvisa
o una oradora con vergüenza,
o un galán de culebrón,
o una radio vieja.
Qué maña la de exhalar narraciones
electromagnéticas repletas
de fotografías dadaístas,
o no artísticas,
o incompletas,
o de niño.
Qué martirio tener el cuento
en la punta de la lengua
y no poder contarlo,
o transmitirlo,
o comprenderlo,
o sacarlo de aquí adentro.
o sacarlo de aquí adentro.
Lavar la funda que la viste
es una buena opción,
o limpiarme lo oídos en el baño,
o en la noche,
o no leer a Baudelaire
antes de cerrar los ojos.
es una buena opción,
o limpiarme lo oídos en el baño,
o en la noche,
o no leer a Baudelaire
antes de cerrar los ojos.

foto: Dave Hill
1 comentario:
Opinión: Centrarse más en las imágenes, y menos en lo discursivo, dejar que el hablante lírico hable, y no el autor- dejar el prejuicio de quien escribe. Trabajar en la síntesis, en la médula.
Estan todos muy interesantes, sería bueno tallerearlos.
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